domingo, 29 de septiembre de 2013

Valores morales

¿Será prudente hablar de la pérdida de los valores morales?

Claro que no. El hecho de que la sociedad no haya logrado adoptar buenos valores no significa que no existan valores que puedan y deban gobernar nuestra vida, nuestro comportamiento.
Se dice que la educación es la mejor herencia que podemos recibir y las instituciones son un pilar o columna
de apoyo, es fundamental en este sentido para lograr el objetivo. Pero claro, el que se puedan fortalecer los valores morales, espirituales y éticos en las instituciones será una realidad no por milagro, ni al azar, sino por el esfuerzo conjunto tanto individual como colectivamente de todos los que hoy formamos parte de este compromiso, esforzándonos por mantener en alto el nombre de nuestro país, para que las generaciones futuras logren el más elevado nivel educativo y el despliegue relevante de valores morales, espirituales y7 éticos que hagan de esta nación un entorno apetecible en el cual vivir, en medio de una generación que sobresale por aplicar en su vida los valores morales que son inherentes al ser humano.

Comprendo que no es fácil ser diferente, el hacer de valores morales un modo de vivir no es para todos, pues la generación actual es impredecible, cada día se deteriora el vínculo familiar y los tentáculos de este deterioro podrían afectar el ambiente en nuestras instituciones, pero recuerden, no todo está perdido, luchemos por fortalecer nuestros valores que son la base fundamental en nuestra sociedad.
Evitemos el estilo de vida característico de la actual sociedad, observemos al pie de la letra las normas y principios establecidos y así mantengamos en alto el nombre de la tierra que nos vio nacer.

Lista de principios que además de ayudarnos a fortalecer nuestra vida, son de valor eterno:
1.      Respetemos y honremos a los demás
2.      Promovamos la paz
3.      Sepamos perdonar
4.      Seamos felices
5.      Seamos honrados
6.      Digamos siempre la verdad
7.      Trabajemos con diligencia
8.      Seamos compasivos
9.      Venzamos el mal con el bien
10.    Amemos a nuestro prójimo y sobre todas las cosas démosle lo mejor a Dios

Por lo tanto, sin importar cuánto se degenere este mundo, luchemos por ser diferentes, honremos a Dios, fortalezcamos y vivamos acorde a los valores morales, espirituales y éticos que nuestros padres y maestros nos han inculcado.

VALORES HUMANOS


domingo, 15 de septiembre de 2013

COMUNICACION

Comunicar es el hecho de transmitir información significativa. Es la acción a través de la cual los individuos se relacionan entre sí.

Para que la comunicación se produzca se requieren tres elementos básicos: Un emisor, un mensaje y un receptor. A estos tres elementos fundamentales hay que sumarle dos factores de igual importancia: El código y el canal. Se les conoce como los factores de la comunicación.

Factores de la comunicación

Emisor y Receptor
Emisor: El emisor es la fuente de la cual parte el mensaje. Puede ser una persona, varias, una entidad, un medio de comunicación, etc. Se encarga de codificar la información y de transmitirla.

Mensaje: El mensaje es la información transmitida por el emisor. Ésta es seleccionada y transmitida en relación a un referente. El referente es la realidad a la que alude el mensaje. Esta realidad puede ser real o abstracta.

Receptor: El receptor es el destinatario del mensaje. Quien decodifica e interpreta lo comunicado por el emisor. Puede ser individual o grupal.

Codificación y transmisión

Pasos de la comunicación
Código: El código es el conjunto de signos, normas y reglas que organizan la comunicación. Emisor y receptor deben usar el mismo código para que el mensaje pueda entenderse.

Canal: El canal es el medio físico a través del cual se emite y circula el mensaje. El canal puede ser el aire, el papel, etc.

Para que la comunicación sea completa y correcta hay que tener en cuenta el contexto del emisor y el del receptor. El origen de la comunicación y la interpretación variarán en función de estos contextos.


domingo, 8 de septiembre de 2013

LA SINCERIDAD

La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza…
Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las ‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes. 

La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes.
Cuando se aparenta lo que no somos (en la edad, trabajo, amistad…) se tiende a aparentar lo que no se es (más joven, inteligente, educados…) Si se descubre la gran mentira que nos han hecho creer se nos viene a la memoria el refrán: ‘’Dime de que presumes… y te diré de que careces’’ y entonces se produce una gran desilusión ya que se pierden las esperanzas de lo que la persona no es en realidad.
También indicar que ‘’decir’’ siempre la verdad con palabras es una parte de la sinceridad, pero también hay que ‘’actuar’’ acorde con la verdad.
Para ser sincero se necesita tener mucho ‘’tacto’’ y esto significa que cuando debemos decirle a una persona la verdad de lo que pensamos y esta verdad la incomoda debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas ya que el primer propósito es ‘’ayudar’’ a esa persona, y esto es necesario para que la persona escuché y vea que lo que se la dice va con buenas intenciones y sin ánimo de ofenderla.
La sinceridad también requiere valor ya que a la hora de decir la verdad a un amigo o a una amiga por ejemplo, el no decir la verdad no se puede justificar con no decirlo con el perder una buena amistad o por el concepto que se tiene de la persona.
La persona sincera siempre dice la verdad, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Ya que vernos sorprendidos mientras mentimos es más vergonzoso aún.  
Al ser sinceros aseguramos nuestras amistades, somos más honestos con los demás y a la vez con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la autenticidad que hay en nuestra forma de comportarnos y nuestras palabras.
A medida que nos vamos haciendo más mayores, la sinceridad debe ir en aumento y debe convertirse en un elemento básico para vivir nuestra vida con auténtica plenitud y sinceridad.